Kat Somerville nunca pensó que volvería al pequeño pueblo de Nueva Inglaterra donde vivía su distanciada madre, pero tras su repentina muerte resulta que le dejó la casa en su testamento. Junto con su hija pequeña, Sybil, Kat se traslada a Comfort Notch, New Hampshire, al principio sólo para vaciar la casa y luego para quedarse y empezar de nuevo. Pero Comfort Notch no es lo que parece. El acogedor pueblecito esconde muchos secretos inquietantes, y Kat y Sybil deben descubrirlos rápidamente si quieren sobrevivir a la inminente oscuridad que acecha en el bosque.
Esta novela gráfica es una vuelta de tuerca fenomenal al tropo del terror en las pequeñas ciudades. Kraus hace un magnífico trabajo creando tensión e inquietud a través de una serie de incidentes aparentemente inocuos con Kat y sus nuevos vecinos. Los secretos del pueblo pueden ser un poco predecibles, pero la forma en que se desarrollan los acontecimientos al final me sorprendió con una conclusión excelente que me dejó con ganas de más. La relación entre Sybil y Kat también se explora de forma fascinante, con el recuerdo constante de la relación de Kat con su propia madre flotando sobre sus cabezas. El arte, realizado en estilo de boceto y colores otoñales brillantes que contrastaban asombrosamente con los tonos oscuros de la historia, también era impresionante. La propia ciudad parecía casi artificialmente perfecta, con Kat y Sybil pasando de los sosos tonos gris azulados de su antiguo hogar a los brillantes y alegres (y sorprendentemente no nublados) colores otoñales de Nueva Inglaterra. En conjunto, esta historia fue asombrosa como examen de las relaciones entre madres e hijas y como historia de terror que se desarrolla lentamente tan cerca de casa.
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