Una joven se molesta cuando su hermano mayor le dice que el futuro está condenado. ¿De dónde ha sacado esa idea? De un adulto pesimista, por supuesto. Deprimida por las inevitables plagas y guerras que condenarán nuestro futuro, la joven consulta a su abuela, que le imparte una importante verdad: "Los adultos actúan como si pudieran predecir el futuro... pero no siempre tienen razón".
La abuela informa a su curiosa nieta de que el futuro será malo, pero que también hay cosas buenas. Sin embargo, la magia reside en saber que "lo bueno" y "lo malo" no son las únicas formas de pensar. Esta sabiduría abre la mente de la niña a un mundo de posibilidades y maravillas. Su nueva creatividad no se limita a las vanas predicciones del futuro, sino también a diferentes cosas que hacer en el presente. Por ejemplo, la portada muestra a varios niños utilizando un trozo de tela amarilla de múltiples maneras: como pañuelo, bufanda, bolso, torniquete, cinturón, etc.
Las ilustraciones de Shinsuke Yoshitake son simples dibujos lineales con colores planos. Sin embargo, con unas pocas líneas sencillas, sus personajes expresan multitud de emociones. Este libro japonés se lee más como una novela gráfica que como un típico libro ilustrado americano. A menudo hay varias escenas en una página, pero no tienen bordes que las dividan.
Este libro ilustrado afirma la creatividad de los niños, pero lo que es más importante, anima a los adultos a ampliar su mente más allá del pensamiento binario y a pensárselo dos veces antes de transmitir a sus hijos esta forma de pensar tan reductora, salvándoles de convertirse en los adultos de mente cerrada del futuro.
