Sloane odia la idea de envejecer; teme mirarse al espejo y ver nuevas arrugas. Cuando su marido les reserva a ella y a su mejor amiga una escapada sorpresa de fin de semana por su cumpleaños, no está precisamente de muy buen humor para que le recuerden que se está haciendo mayor.
Naomi es una niña un poco salvaje, le encanta la fiesta y ha estado viajando por Europa con la banda de su novio, así que está decidida a animar un poco la vida de Sloane durante su fin de semana juntos. Cuando conoce a un hombre sexy y misterioso en el bar local que las invita a una fiesta en su casa, ella aprovecha la oportunidad. Sloane duda, pero acepta a regañadientes. Cuando llegan a la casa, las vibraciones son inmediatamente malas. Los demás invitados llevan atuendos extraños y hablan con acentos aún más extraños, la casa está sucia, iluminada sólo con velas, y parece que hay un extraño sonido de gemidos y traqueteos que proviene del sótano... Digamos que es una noche que recordarán, literalmente, para siempre.
Si buscas la típica historia de vampiros, ésta no es la tuya. Aquí no hay colmillos, aversión al ajo ni estallidos en llamas a la luz del sol. Lo que sí hay es una historia de dos mujeres que se enfrentan a la moralidad y a la mortalidad y que se plantean si pueden aceptar la nueva vida que se les ha dado. ¿Podrán estas dos mejores amigas sobrevivir juntas a este cambio y a la eternidad?
Pero no se preocupe, todavía hay un montón de momentos espeluznantes, momentos sexy, y mucha, mucha sangre.