Tras derrotar a Kronos, devolver el sueño a Gea y sobrevivir al desastre que supuso la etapa de Apolo como mortal, Percy vuelve a enfrentarse a su reto más difícil: Las solicitudes para la universidad. Al descubrir que necesita tres cartas de recomendación divinas para entrar en la Universidad de Nueva Roma, hasta el Salvador del Olimpo ha llegado a su límite con las travesuras divinas. Pero si quiere reunirse con su novia y pasar por fin a la universidad, tendrá que aguantarse y ayudar a Ganímedes a encontrar su cáliz perdido antes de que algún mortal involuntario o un villano malvado se haga con él y con su poder para conceder la inmortalidad.
Como fan de PJO desde hace mucho tiempo, me encantó este libro. Me llevó de vuelta a la escuela secundaria cuando leí por primera vez El ladrón del rayo con su ingenioso sarcasmo y su historia fantástica pero extrañamente cercana. La frustración de Percy con las admisiones a la universidad me recordó a mis propios problemas en el último año, y la naturaleza absurda de la búsqueda y muchos de sus encuentros con dioses me hicieron reír más de lo que me gustaría admitir. A cualquier fan de la serie original (o de cualquiera de las series posteriores, para ser sinceros) le encantará esta entrega de Percy Jackson y los Olímpicos de Rick Riordan.