Esta memoria gráfica sobre la mayoría de edad cuenta cómo Laura Gao emigró a Texas desde Wuhan, China, cuando tenía unos 4 años. Fue todo un choque cultural: nadie podía pronunciar su nombre ni su procedencia. Al final decidió que quería un nombre americano y eligió Laura para sí misma.
Crecer fue duro: era una de las pocas estudiantes asiáticas de su escuela y no tenía nada en común con las demás. Sus padres querían que asistiera a una escuela china para que siguiera vinculada a su cultura, pero ella quería distanciarse de ella. Sólo quería jugar al baloncesto y encajar con los demás estudiantes. Sin embargo, seguía amando Wuhan y volver a visitar a sus abuelos y primos fue la llamada de atención que necesitaba.
Y entonces llegó COVID-19. De repente, todo el mundo conocía el nombre de Wuhan, y no era por las razones que Laura esperaba. Pronto, ella y su hermano se encontraron en el punto de mira del odio antiasiático. Ella tenía miedo de salir, y estaba aterrorizada por su familia en casa.
Este es un libro realmente fantástico. Si bien algunas partes son de naturaleza pesada, también es bastante humorístico. Gao tiene una gran voz y sus ilustraciones la complementan muy bien. Yo, probablemente como muchos estadounidenses, nunca había oído hablar de Wuhan antes de la pandemia, así que fue agradable conocerla de forma positiva de la mano de una persona que la quiere mucho.