En un aislado valle montañoso de Montana, Catherine Raven y un zorro rojo salvaje se conocen y poco a poco se hacen amigos. ¿Le recuerda a "El Principito" de Antoine Saint-Exupéry? Raven debió pensar lo mismo, porque pasó un tiempo leyendo ese libro a Fox, y hace algunas comparaciones entre ella y Saint-Exupéry. Pero esta es una historia completamente diferente...
Después de trabajar como guardabosques en parques nacionales y obtener su doctorado en biología, Raven compró y construyó una casa en un terreno de Montana. Una tarde apareció un zorro, al que Raven llamó Fox. Raven decidió intentar captar su atención mostrándole diversos objetos que recogía en su bolsillo, como piedras, semillas, plumas, etc. Fox se convirtió en un visitante habitual y disfrutaba observando y escuchando a Raven.
Al principio, Raven mantuvo esta nueva amistad en secreto porque, como bióloga, no estaba segura de que estuviera bien hacerse amiga de un animal salvaje. Decidió convertir a Fox en un sujeto de investigación. Recogería datos sobre Fox, pero no se convertiría en su amiga. Es más fácil decirlo que hacerlo. Especialmente cuando Fox se convirtió en padre y presentó sus cachorros a Raven.
Lo que sucede al final con Fox, no te lo diré. Pero sí te diré que Fox cambió la vida de Raven. Como ella lo describe: "Hace mucho tiempo, había llegado a la prudente y lógica conclusión de que cuando tus propios padres no te quieren, nadie más lo hará. Así que había estado viviendo una vida solitaria". Pero Fox cambió eso...
En la portada del libro hay una cita de Yann Martel (autor de La vida de Pi): "Si Thoreau hubiera leído El Principito, habría escrito Fox y yo". Sólo eso me convenció para leer este libro. Espero que usted también lo haga...