Amanda leyó Fighting Words y esto es lo que pensó...
Della y su hermana mayor, Suki, escapan de una situación de maltrato y acaban en un hogar de acogida. Aprenden que hay adultos en el mundo en los que pueden confiar, y que merecen ser niños felices en un hogar lleno de amor. Me encantó La guerra que me salvó la vida y La guerra que por fin gané, ambos escritos por esta autora. Tenía muchas esperanzas de que este libro fuera igual de bueno, y no me ha decepcionado. Oh, vaya. Uno siente todas las emociones al leer Palabras de lucha. El libro trata algunos temas muy duros, pero se cuenta a través de la perspectiva de un niño de 10 años. Te sientes triste, pero también feliz. Acaba siendo un buen equilibrio de emociones: suficiente luz para equilibrar la oscuridad.
Mi personaje favorito es Della. Es divertida, descarada y dice muchas palabrotas (bueno, en el libro dice "nieve", pero sigue siendo bastante divertido). Su personaje tenía mucho que descubrir, tanto sobre sí misma como sobre la vida en general, y fue agradable recorrer ese camino con ella. Es difícil señalar un tema principal sin que suene muy oscuro. Trata sobre el abuso infantil, el suicidio, la depresión y muchos otros temas pesados, pero a través de todo eso se trata de aprender a confiar y sentirse seguro. Trata de encontrar la felicidad y la fuerza incluso en tiempos muy oscuros. Creo que la principal forma de lograrlo es a través del desarrollo de los personajes. Sinceramente, te sientes como si estuvieras allí viendo la vida de los personajes con tus propios ojos. Puedes ver el crecimiento tanto de Della como de Suki.
¿A quién le recomendaría este libro?
Este libro es estupendo para cualquiera que se sienta capaz de manejar los temas tratados. Aunque es pesado, el hecho de que se cuente desde la perspectiva de un niño lo aligera un poco. Es una buena opción para los aficionados a la ficción realista.
Reflexiones finales: Léelo. Eso es todo.
